La Esperanza

Hace muchos años en un pueblo llamado La Esperanza, vivía una familia muy humilde que la conformaban: Teresa (la mamá), Ramón (el papá), Juana (la abuela), José y Mario (los hijos).
A pesar de ser muy pobres eran una familia muy feliz. Un día los hermanos José y Mario se fueron al río donde pasaban un rato alegre y divertido todas las tardes, allí se encontraban con sus amigos Ana, Rafael y María, ellos siempre hablaban de lo bueno, tranquilo y bonito que era su pueblo.
Un día estando en el río, vieron que por el camino venía un grupo de soldados con caballos y armas, los muchachos se asustaron y se escondieron para que los soldados no los vieran, luego de que pasaron, se fueron corriendo todos a la casa de José y Mario. 
Pasaron varios días y los muchachos no habían ido más al río, porque el pueblo fue invadido por soldados y José le pregunta a su papá Ramón:
- ¿Papá, por qué el pueblo está lleno de soldados? ¿Por qué se escuchan explosiones?
Ramón le responde:
- Hijo, hay que tener mucho cuidado, la guerra ha llegado a nuestro pueblo.
- ¿Y por qué pasa eso papá?
- Porque hay personas que quieren tener más poder.
Al pasar los días, la situación del pueblo era más difícil, pero la familia trataba de mantenerse tranquila.
Una mañana lluviosa entraron a la casa unos soldados y se llevaron a José y Mario. Les dijeron que ellos debían ayudarlos para que la guerra se terminara.
Los muchachos se fueron con los soldados pero antes de irse la abuela Juana les dijo:
- Siempre confíen en Dios y en la Virgen de La Esperanza, ella los cuidará.
Así, con esas palabras los jóvenes se fueron. Duraron meses sin ver a su familia, pero un día los hermanos fueron separados. Mario le tocó ir a otro pueblo muy lejano y allí se encontró con su amigo Rafael.
Hablaron mucho de todas las cosas que le habían pasado y Mario decía:
- Pronto regresaremos a nuestro pueblo y volveremos a ver a nuestras familias.
Un día ocurrió un encuentro entre dos grupos, en el cual iban a enfrentarse. Allí estaba el hermano de Mario, José, y se volvieron a encontrar.
No era una situación fácil en la que estaban, pero ellos siempre recordaban las palabras de su abuela Juana.
Estando en esa situación, hicieron una súplica al cielo pidiéndole a Dios y a la Virgen de La Esperanza que la guerra terminara, le pidieron con toda su Fe para que sus suplicas llegaran al cielo.
Al pasar unas horas, llegó una carta donde decía que la guerra había terminado y que todos podían volver a sus casas.
Emocionados y agradecidos con Dios y la Virgen de La Esperanza, volvieron a su pueblo a encontrarse con su familia y amigos.
Cuando llegaron a su casa, su mamá, papá y abuela estaban felices de verlos y en ese momento su abuela Juana les dijo:
- Ven que Dios y la Virgen de La Esperanza nunca falla.

Autor: Jesús Sánchez 5to. B
U. E. Instituto "Madre María" / Año Escolar 2016-2017

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