Había una vez una hermosa princesa que
vivía en una casita en el campo. Sí, como oyen, esta princesa no tenía palacio,
pero era la más bella y sencilla del pueblo, por eso todos la llamaban
princesa.
Ella ayudaba a todos los que necesitaban
de su ayuda y siempre cargaba una corona de flores.
Un día jugando con sus amigos se
encontró un cofre, pero ella no podía abrirlo, insistió una y otra vez, hasta
que logró abrirlo.
Pero…. ¡sorpresa! era una piedra de
cuarzo muy fea, ella se la mostró a una señora que era su vecina, y ésta le
dijo:
- Princesa, debes arrojar ese cuarzo en
un pozo, porque si no te pasará algo malo.
La princesa ignoró lo que le habían
dicho y se lo colocó con una cadena. Luego
se fue convirtiendo en una cerdita y comenzó a llorar y a llorar, todos
asombrados no entendían el advertido.
La princesa ofreció sus disculpas por no
obedecer y volvió a su peso, arrojó el cuarzo y prometió no desobedecer más a
los adultos y volvió a la normalidad.
Autor: Nicolle Alvarado 5to. A
U. E. Instituto "Madre María" / Año
Escolar 2016-2017
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