Hace mucho, pero mucho tiempo, un niño paseaba por un parque, en
cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: Soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás…
El niño trató de acertar el hechizo, y
probó con abracadabra, supercalifra…, tan-ta-ta-chán y muchas más, pero
nada.
Rendido, se tiró suplicante,
diciendo: "¡¡por favor,
arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol.
Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "Sigue haciendo magia".
Entonces el niño dijo: "¡¡Gracias, arbolito!!", y
se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran
montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar todos sus amigos a aquel árbol y tener la
mejor fiesta del mundo, al usar las palabras mágicas que son "por
favor" y "gracias".
Plim, plim, plom, plom, el cuento acabó.
Moraleja: Hay que ser
educado y usar los buenos modales para hablar con las personas.
Autor: Javier
Aldazoro 2do. A
U. E. Instituto "Madre María"
/ Año Escolar 2016-2017
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