Hace
mucho tiempo en un lejano bosque se encontraba una niña llamada Martina, un día
fue a buscar la casa de su abuelo Néstor, caminó y caminó y luego un conejo se
le acercó y le dijo:
Conejo:
- Hola linda niña ¿Cómo te llamas?
Martina:
- Hola lindo conejo me llamo Martina.
Conejo:
- Que lindo nombre tienes Martina, yo me llamo Felipe ¿Y qué se te ofrece?
Martina:
- Necesito encontrar la casa de mi abuelo Néstor, ¿Sabes dónde está?
Conejo:
- No, no lo sé, tal vez si sigues caminando encontrarías a otro animal que te
pueda ayudar.
Martina:
- Gracias Felipe nos vemos luego.
Martina
siguió caminando y caminando y de pronto apareció una ardillita muy linda que
le dijo:
Ardilla:
- Soy la ardilla del bosque y me llamo Mili y tu ¿Cómo te llamas?
Martina:
- Hola me llamo Martina ¿Sabes dónde está la casa del señor Néstor?
Ardilla:
- Sé que queda entre las dos colinas de los osos pero no se más nada.
Martina:
- Gracias ardillita.
Martina
caminó hasta las dos colinas de los osos y se encontró a un osito pequeñito que
le dijo:
Oso:
- ¿Niña qué haces aquí?, Ésta es la cueva de mis padres y mis tíos.
Martina:
- Hola osito, sólo quería saber dónde está la casa del señor Néstor.
Oso:
- Está detrás de esa colina.
Martina:
- Gracias, hasta pronto.
Martina
se fue detrás de la montaña y mientras caminaba se le acercaron dos pájaros, el
azulejo y el canario le dijeron:
Azulejo:
- Hola Martina ¿Buscas la casa de tu abuelo Néstor?
Martina:
- Hola pajarito ¿Cómo sabes mi nombre y cómo sabes que busco la casa de mi
abuelo?
Canario:
- Porque estuvimos contigo todo el día.
Martina:
- En serio y cómo fue que no me di cuenta.
Azulejo:
- Porque estábamos volando por los árboles y somos los pájaros de tu abuelo y
él nos cuenta mucho de ti.
Martina:
- Genial, ahora me pueden guiar a la casa de mi abuelo?
Azulejo:
- Claro.
Los
pájaros llevaron a Martina a la casa de su abuelo y finalmente había llegado.
Martina:
- Hola abuelito finalmente he llegado a tu casa.
Néstor:
- Hola hijita, por fin has llegado.
Martina:
- ¿Y para qué me llamaste abuelo?
Néstor:
- Para enseñarte esto.
Martina
vio la sorpresa de su abuelo y era una linda casita en donde vivirían toda la
eternidad.
Martina,
su abuelo y los animales del bosque vivieron felices por siempre.
Autor:
Alejandra Vargas 6to. U
U. E. Instituto "Madre María"
/ Año Escolar 2016-2017
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