Había una vez un niño llamado Juan Simón, él era muy
egoísta y poco amigable, en su escuela no socializaba con nadie y no tenía
compañeros con los cuales compartir por su forma de ser.
Vivía muy triste e intranquilo con él mismo.
Un día en horas del recreo, se le acercó un
compañero y empezó a hablarle, este compañero mientras conversaba, sacó su merienda
para comer, se dio cuenta que Juan Simón no tenía nada que merendar y compartió
con él su merienda.
Juan Simón, se mostró tan contento y por primera vez
le vieron una sonrisa en su rostro, desde ese momento él aprendió que debemos
compartir y tener un buen compañerismo para vivir en armonía con los que nos
rodean.
Autor: Gabriel
Sánchez 2do. A
U. E. Instituto "Madre María"
/ Año Escolar 2016-2017
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